NORMAL



De siempre una de las cosas que más me han llamado la atención, es el concepto de normal. ¿Que es lo “normal”?.¿Quien define lo que es “normal” y lo que no lo es?. ¿La norma y lo “normal” es lo mismo? ¿Si algo es mayoritario es lo “normal”?. ¿Y si algo o alguien no es “normal”, es por consiguiente peor, menos valido, menos útil?¿Lo diferente es peligroso?. ¿Soy yo una persona normal? ¿Soy diferente?. Según unas estadísticas, yo soy parte de una minoría de la humanidad. Soy varón, heterosexual, blanco, europeo occidental y mi nivel de ingresos esta por encima de un mínimo. Según esos parámetros solo algo menos del 5% de la humanidad comparte conmigo esos criterios. Pero no debo preocuparme es el 5% que parte el bacalao y manda.

Respecto a lo que consideramos normal quizás lo mejor sea recapitular y recordar que hasta hace bien poco, lo “normal” es que las mujeres se casasen, tuviesen hijos, y se quedasen en casa. Lo de trabajar y ser independientes, no iba con el alma femenina que ya sabemos que estaba diseñada para complacer al varón y servir de descanso al guerrero. Ahora esta visión nos parece propia del siglo XIX y de personas retrogradas y ese adjetivo hace que ya no las califiquemos como “normales”

Otra gran lacra de nuestra sociedad es que consideramos a todos aquellos que no son “normales” como gente intelectualmente inferior, incapaz de realizar tareas que necesiten alguna preparación especial o de sofisticación mental. La empresa en la que trabajo, y no importan los motivos que la muevan a hacerlo, parece tener una sensibilidad especial con gente que no cae dentro de lo que definiríamos como “normalidad”. Tengo compañeros ciegos, enanos, personas a las que le falta una pierna o están contrahechos (lo siento pero entre los muchos dones que me adornan no esta lo políticamente correcto). Todos ellos trabajan, sufren y padecen los mismos avatares empresariales que el resto de lo que consideraríamos personas “normales”. Es mas alguno de ello es un autentico cerebrito.

Hace unos años tres a lo sumo, leí una noticia que me llamo la atención. Os la cuento. “Dos mujeres querían tener un hijo y habían acudido a un centro especializado” Hasta aquí nada noticiable o extraño, tengo amigas lesbianas que han acudido a la fecundación in-vitro con vistas a cumplir su deseo de ser madres. Lo que me llamo la atención, era la segunda parte de la noticia. Estas dos mujeres eran sordas y querían que manipulasen el embrión genéticamente para que su hijo o hija, naciese sorda también. Defendían las mujeres que la cultura de las personas sordas, era tan valida y tenía tanto fundamento y validez como la cultura de la gente oyente y que ellas no tenían que avergonzarse de ser sordas y querían que su hija conociese su cultura y forma de vida. Sin negar que la cultura de signos, sea tan validad y preciosa como cualquier otra de las culturas que en el mundo son, me surgía la duda de si estas mujeres eran justas con su hija. Si impedir a su hija oír el trino de los pájaros, o el rumor del viento en las hojas de los árboles era valido. Pero por otra parte, lo que es normal para mi, el oír a Bramhs, o a los Rolling Stones no tiene porque serlo para esas mujeres.

Es claro que hemos avanzado mucho en la aceptación de la diferencia. Que lo que antes debido a la ignorancia, o al miedo se veía como algo monstruoso y motivo de vergüenza ahora se ha “normalizado” Quizás e ultimo ejemplo que tenemos es en la celebración del triunfo de la selección española en el mundial. Como sabéis la selección recorrió las calles de Madrid en un autobús descubierto recibiendo el homenaje de cientos de miles de personas que vinieron de toda España. Quizás lo que paso más desapercibido es que en aquel autobús, iba un joven que en principio no tenia nada que ver con los triunfos de la roja. Este joven tiene síndrome de Down y es el hijo del entrenador. Entrenador que en un principio había prohibido a su hijo subirse al autobús ya que el joven no era parte integrante de la selección, pero que estaba allí debido las peticiones de todos los seleccionados a su padre, ya que consideraban que si, que era parte de la selección, ya que era el único que les había poyado en todo momento, incluso cuando surgieron las dudas tras la derrota con Suiza al comienzo del Mundial.

Conozco personas, que desgraciadamente vuelven la vista y ponen un gesto de desagrado cuando tiene que tratar con una persona con algún tipo de discapacidad o minusvalía. Que son incapaces de salir de su angosto, cerrado y pequeño mundo de normalidad y que no aprecian a las personas por lo que realmente valen, sino por lo que aparentan ser. ¿Son estas personas pequeño pensantes, normales? ¿Quién es el disminuido el que juzga o el juzgado? ¿Quién el “normal” y quien el distinto?.¿Porque nos dejamos guiar siempre por las primeras impresiones? ¿Por qué consideramos que la vida de alguien con minusvalía es menos valiosa y plena que la de las personas “normales”?

Creo que la culpa de todo esto es una vez mas la sociedad en la que vivimos, que únicamente valora al individuo en relación a lo que es capaz de producir, y no en relación a lo que ese individuo aporta en todo aquello que no es mensurable económicamente.

Vale, de acuerdo otro día os digo que psicotrópicos tomo para que me den estos arrebatos.

Comentarios

BENHUMEA ha dicho que…
Si, por favor cuentame, quiero, quiero jejejejeje sobretodo para seguirte el paso y poder compartir mis ideas contigo jajajajaja.

Se supone que la caracteristica de nuestra epoca es la apertura, la indiferencia a las diferencias, que es normal, la respuesta seria tan infinita como gente hay en el mundo, no hay mayorias ni minorias simplemente hay gente.


Un beso enorme.
JCM_MAD ha dicho que…
Fíjate que yo creo que mas que la indiferencia, a lo que deberíamos tender sería la a aceptación , comprensión y respeto de las diferencias
carmen ha dicho que…
Creo que hemos aceptado que lo normal es lo que hace o como es la mayoria de la gente en cada cultura y asi aprendemos que lo normal en un lugar del mundo no es normal en otro y al reves...
He pensado mucho en eso de la "normalidad" de cada uno, como bien dices hay que comprender y respetar las diferencias
un beso
Carmen

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