JAPON

Creo que es España uno de los países occidentales que desde mas antiguo ha tenido trato con Japón. Creo que fue en tiempos de Felipe II cuando desde las islas Filipinas, entonces colonia española, se mando una embajada al país del sol naciente. Se llego al acuerdo de que el rey de España, enviaría unos monjes españoles – como no- concretamente jesuitas a expandir la fe de cristo por tierras japonés y a cambio, el emperador del Japón en reciprocidad enviaría unos cientos de sus súbditos a las tierras del católico rey . Estos, se establecieron en el pueblo sevillano de Coria del Rio. Aún hoy en día en este pueblo muchos de sus habitantes, tienen rasgos orientales, y el apellido Japón es más que habitual para los corianos.

Pero bajando a un nivel mas personal, creo que mi primer contacto con Japón, fue con las olimpiadas de invierno que se celebraron en la localidad de Sapporo en 1972 y donde España logro la primera medalla en unos juegos de invierno de su historia. Y claro los tebeos de Historias Bélicas, donde los japoneses siempre eran presentados como taimados y crueles, siempre aparecía la imagen de un rubio muchacho de Ohio diciendo “venid hacia mi, despreciables monos amarillos”, mientras disparaba su arma hacia un montón de monigotes mal dibujados. Es curiosa, la imagen que desprendían estos tebeos. En las historias los alemanes acababan siendo fieros enemigos pero de noble corazón, mientras que los japoneses eran siempre cobardes y taimados. Creo recordar que eran de la editorial boixcar. Y tenía cientos de aquéllos tebeos.

Recuerdo que a principios de los 70, todo lo mas, lo mas moderno, lo mas pequeño, lo que tenia mas valor, eran toda una serie de pequeños electrodomésticos que venían del Japón, Así llevar en tu muñeca un reloj japonés y sobre todo si era digital, te permitía ser el centro de atención de tus amigos por lo menos durante 2 días. Luego, llegaron calculadoras, televisores, radios y un sinfín de pequeños electrodomésticos, que aunque se decía que no tenían la calidad de los fabricados aquí, eran mucho mas baratos. ( No os suena esta historia como la actual con los chinos)

El siguiente contacto con Japón, llego por medio de un precioso y delicado libro de poesía medieval japonesa que me regalaron ¿quién? Ni idea. ¿Quizás en algún cumpleaños? No puedo responder, pero ese libro aún anda por casa y aunque no puedo decir que lo releo continuamente, si es uno de los que de vez en cuando vuelvo a releer. El libro se llama Los cuentos de Ise y su autor Ariwara Narihira. Precioso. Un poco antes había comenzado a practicar un arte marcial, concretamente el conocido Ju-do que significa camino flexible. Se cuenta que Yikoro Kano, el creador de esta arte, andaba un día por el campo cuando le sorprendió una violenta tormenta. Mientras buscaba donde refugiarse vio como unas frágiles cañas se doblaban ante el envite del viento y cuando este pasaba, las cañas volvían a recuperar su posición original, mientras que un fuerte roble que se encontraba en las cercanías, al no poder resistir la fuerza del viento era arrancado por la tormenta dejándolo tirado en el suelo. Este distinto comportamiento le dio pie para desarrollar el ju-do, deporte que se basa en aprovechar la fuerza del adversario en tu propio beneficio y que abandoné hace ya muchos años, aunque no por ello dejo de verlo cada vez que tengo ocasión.

Poco a poco crecí, y llegaron a mi vida Godzilla, producto de la obsesión japonesa por los efectos de la radioactividad y sobre todo Mazinger Z, primera de las series de dibujos animados japoneses que llegaron a España y que han terminado por llenar nuestras vidas, a Mazinger y sus millones de chistes, le siguieron Heidi, Marco y su mono Amedio (quién no recuerda la melodía), el perro de Flandes, así en un serie interminable de dibujos que para mi tuvo su fin en Bola de Dragón, quizás la mejor serie de dibus de la historia jajajajajaja. Aquí pasa un poco como con los electrodomésticos empezaron con series para la tele y han acabado haciendo autenticas obras de arte en el cine de animación como el Mononoke Hime o la increíble El viaje de Chirio.

Al seguir creciendo y aumentar mi capacidad adquisitiva, el siguiente paso fue conocer la comida japonesa, Recuerdo que fue con M. y G. que reservamos una mesa en un restaurante Japones en Madrid, ellos, yo y mi hermana que nos acompañaba. Todos debíamos estar a finales de la veintena o principios de la treintena. Delicados platos, de presentación impecable empezaron a aparecer ante nuestros ojos. Torpemente intentamos utilizar los palillos. Shushi, sashimi, makkis, sopa de misho, tempura, wasabi , helado de te verde, son delicias que a partir de entonces reconozco que han pasado a formar parte de mi alimentación habitual.

Es Perú, un país con una importante colonia japonesa muy bien considerada y fue en el Perú donde conocí a una persona natural del Japón. Fue hace 4 años, estábamos en una de nuestras visitas a Perú. C. y J. nos habían invitado a comer, estaban también sus padres, simpatiquísimos y a quienes habíamos alojado el verano anterior en nuestra casa en su visita a Madrid y allí estaba también la Obacha, la abuela de C. Ella había nacido en Japón, poco antes de la guerra mundial, y al acabar esta habían emigrado al Perú en busca de un futuro mejor. Allí se había casado y habían prosperado, y ahora disfrutaba de una vejez placida viendo crecer a sus bisnietas, las dos pequeñas hijas de C y J. y haciendo preciosas postales navideñas con flores y hojas muertas que recibimos todos los años.

Ahora en estos días, en los que desde Japón solo nos llegan noticias de muerte y destrucción, noticias de una central nuclear que solo me hace reafirmarme mas en mi negativa a la energía nuclear solo quería decir inclinando lo justo la parte superior de mi cuerpo Arigató.

Domo Arigato.