MAGO

Reconózcamelo vivimos en una época rara o por lo menos yo la considero rara, o quizás sea que no entiendo nada y por ello me parece extraña. También es probable que el que sea raro sea yo, tampoco lo niego, que ya me lo diecia mi madre. J. hijo mío, a veces era más raro que una vaca verde. Me diréis a que viene esto y tampoco es que tenga una respuesta clara pero os comento un par de cosas que me han sucedido este fin de semana como ejemplo.

Andaba yo el viernes por la noche, trasteando un rato en un chat al que suelo entrar, os diréis ¿y no saliste?, y la respuesta es no, había intentando quedar con R. pero estaba con una terrible migraña y A. andaba de viaje así que perdí el tiempo hablando con unos y con otras, entre charla y charla decía alguna de mis habituales chorradas cuando se me ocurrió una pequeña trastada y fue hacerme pasar por experto en artes ocultas, adivinador, mago o vidente. Para ello me presente con el titulo y color de mi horóscopo maya, Mago blanco de cristal y empecé por soltar tonterías tipo “por el poder de Annubis , por la gracia de Mitra y la virtud del todopoderoso Chulthu yo os invoco ¡oh poderosos poderes innombrables!”. Y a continuación pregone que leería las cartas del tarot, que la primera carta era la torre herida por el rayo, que simboliza el desconocimiento del futuro y la falta de fundamento de nuestras creencias y que las dos siguientes cartas eran el ahorcado y la muerte. Como veis una batiburrillo de viejos dioses orientales, unas gotas de Lovecrafft, el titulo de una obra de arrabal y mucho, mucho morro y desparpajo. Bueno no había terminado de escribir lo arriba expuesto cuando ya tenia tres privados pidiéndome que por favor les leyese el futuro y les averiguase el provenir. Incluso una persona que me conoce, se sorprendió y me dijo que por un momento pensó que yo tenía “poderes”. Me costo horrores hacer ver a esas personas que yo no creo en eso, que simplemente me estaba burlando. Ahora que lo pienso quizás no debí ser tan bruto pero no puedo con la superstición y la ignorancia.

Pero lo que me llama la atención, es la falta de criterio de la gente, que enseguida ven cuatro nombre y tres chorradas y están dispuestos a creerse lo que esa persona diga. Quizás esto tenga que ver con el auge de los programas de adivinación que inundan nuestra televisión a partir de cierta horas, esas brujas de nombres supuestamente exotéricos y orientalizantes, esos conjuros salidos de tirar unas tarjetas con nombres al azar, esas vagas respuestas que lo mismo valen para un roto que para un descosido, para afirmar un amor, como dar esperanzas en la búsqueda de un trabajo. Y lomas curioso es que luego la inmensa mayoría de esa gente se declara ferviente creyente en el dios cristiano, cuando son cosas que de por si son antagónicas, si crees en dios no puedes creer en la astrología y viceversa aunque claro quizás el problemas es que son complementarios,. Si crees en Dios como no vas a creer en la astrología o en los elfos, en los trasgos o en los ovnis, al fin y al cabo todas entran en la categoría de lo irracional y en la fe (en minúsculas). Sea lo que sea que signifique la palabra Fe (en mayúsculas).

Creo que todo es debido al miedo que invade al ser humano, al miedo de verse de frente con la cruda realidad, el miedo a crecer no exteriormente, sino interiormente. Es por eso que como niños pequeños y que cuando algo nos asusta corren a buscar la sombra protectora de nuestros padres, en este caso nuestras creencias. Es sencillo de comprender es mucho mas fácil encarar la vida, sus avatares, sus golpes, sus alegrías, sus sinsabores suponiendo que hay algo hay detrás, a la sombra que pergeña todo de acuerdo con un plan y que todo tiene un significado y un motivo que enfrentarnos de frente a la fría y cruda realidad y saber que todo esto no tiene ningún sentido, que no hay ningún dios ya sea benevolente, cruel, sádico, amable, despótico o cariñoso detrás cuidando de nosotros y tomando notas de todos nuestros actos para luego hacernos pagar por usar la libertad que el nos concedió.

En fin que no entiendo nada