VISADO

El miércoles pasado fue un típico día de invierno en Lima. Lluvioso y frío con la garúa cayendo interrumpidamente y con esa humedad tan limeña que se te mete hasta el ultimo hueso y tardas horas en sacar de ti. Ese día, mi suegra tenía cita en la embajada de España en Lima, para presentar los papeles para la concesión de la visa. Fue una jornada de nervios, de prisas, se le olvido una foto y cuando se dio cuenta, abandono la embajada, fue a casa y volvió a la embajada. Una vez allí le dijeron que tenía que fotocopiar un documento del que solo llevaba el original. De nuevo carreras para buscar un lugar donde fotocopiar el papel, volver a hacer cola y observar como a las dos personas que había delante suyo, las habían tirado para atrás nada mas presentar los papeles

Por fin llego su turno, la señorita de la ventanilla comienza a interrogarla. Que para que viene, que si le enviamos dinero mensualmente, que como ha reunido el dinero exigido, que si piensa viajar a algún país mas de Europa en su estancia aquí. En fin por fin la admiten los papeles y le dicen que en cuatro días le enviaran el pasaporte con la contestación por courrier. Ya mas tranquila volvió a casa, descompuesta, enferma, cuando la llamamos esa tarde, estaba metida en la cama, aun con el frío en el cuerpo. Hablamos y tras unas semanas en las que habíamos visto como sus nervios y su tensión crecían día a día hasta hacerse palpables, la notamos relajada y tranquila, confiada, comentando que tenían buenas sensaciones, buena vibra como dicen en Perú.

Ayer después de llegar de recoger nuestra verdura, la llamamos, para que nos informase de cual había sido el resultado. No negaré que estaba nervioso y preocupado. No solo por el resultado del trámite, si no en el caso de que este fuese negativo por la reacción de A. que ya me había dicho con anterioridad que no estaba preparada para una negativa. La llamada resulto infructuosa, no había nadie en casa. Hicimos algo de tiempo y esperamos un rato mas, volvimos a llamar pero el resultado fue el mismo. Decidimos dormirnos, aquí eran cerca de la 1 de la madrugada y hoy teníamos que madrugar.

Hoy, nada mas despertarme, encendí el portátil y entre en el correo. Allí estaba el mensaje mi suegra. Por fin cuatro meses después de empezar con el papeleo, allí estaba la respuesta. Tiene visado. Desperté a A. y se lo dije, una sonrisa cruzo su cara. Los planes quemas o menos hemos ido montando para cuando venga su madre, debemos materializarlos, ya no son un sueño. Hablar Con ella, ver que quiere conocer, montar las excursiones, el pequeño viaje que haremos los tres, en fin la maquinaría sigue su curso








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