SEFARDÍES




Andaba por Toledo de visita, cuando visitando la tienda de la sinagoga del transito, preciosa sinagoga y precioso museo, ví un par de libros que me llamaron la atención sobre los sefardíes. Por si alguien no lo sabe los sefardíes son los judíos que fueron expulsados de España en tiempos de los Reyes Católicos, expulsión que quizás consiguió la unidad religiosa, propósito que buscaban los susodichos monarcas, pero que fue un desastre en todos los demás campos ya que se fueron los mejores artesanos y banqueros que tenia España en esa época, y que a la larga conduciría a la ruina y el declive al imperio donde no se ponía el sol.

Los judíos, mayormente acataron la orden, ya que muy pocos de ellos se convirtieron al catolicismo y cerrando sus casas en Toledo, en Madrid o en Extremadura y llevando con ellos todos sus enseres y animales, todos juntos el rico junto al pobre, el escribano junto al analfabeto, el viejo junto al joven se dirigieron a los puertos de Valencia, Alicante o Huelva donde estaban los barcos que les llevarían al exilio.

Así estas personas que llevaban siglos asentadas por toda la península ibérica, vieron como las costas de su amada Sefarad, que es el nombre que daban a España esas personas en ladino su lengua, se iban perdiendo en el horizonte y se preparaban para iniciar una nueva vida.

Una nueva vida que se desarrollo en el norte de África, en oriente medio, en Europa del este, e incluso en el lejano Iran, luchando por mantener su identidad y sus costumbres, por mantener su idioma, su música y su gastronomía y sus recuerdos. Así los judíos sefardíes, no solo mantienen el ladino, ese español del siglo XV como idioma a través de los tiempos, sino que muchos de ellos mantuvieron y mantienen aún hoy en día las llaves de las que fueron sus casas en la lejana Sefarad, llaves que parece mentira aún funcionan y como se ha demostrado en Toledo, aún sirven para abrir las puertas de vetustos edificios.

Cómo este pueblo, no solo los judíos de ascendencia sefardí, sino los de ascendencia Ashkenza o los Mizraji con la historia de sufrimiento que tienen detrás, trata a los palestinos como les trata hoy en día no es fácil de comprender pero eso no es el motivo de esta entrada

Os decía que estaba en la tienda de la sinagoga-museo cuando vi un par de libros, uno era sobre las tradiciones, cultura e historia de los sefardíes, el otro sobre cocina sefardí. Para resumir os diré que acabe comprándome los dos. Uno de ellos, el de aún no lo he comenzado pero el de recetas si lo he estado hojeando y poniendo en practica alguna de las recetas que hay vienen.

Así que aquí tenéis una rica receta que viene directamente del siglo XV.

Ingredientes

1 – Cebolla Grande
2 cabezas de ajo
3 ó 4 Berenjenas grandes
Un par de ramas de apio
Tomates
Aceite
Sal
Azucar
Vinagre
Aceitunas verdes sin hueso
Alcaparras

Preparación:

Cortamos las berenjenas en dados y las ponemos en un bol con un poco de sal, para que suden y suelten el amargor

Pelamos y picamos los tomates.

Picamos la cebolla en trozos ni muy grandes ni muy pequeños. En una sartén ponemos un chorrito de aceite y cuando este caliente a fuego no muy fuerte, añadimos la cebolla. Mientras se va haciendo la cebolla, cortamos los ajos en finas láminas y el apio en trozos no mayores de un par de centímetros.

Cuando este la cebolla, añadimos el apio, el ajo y las alcaparras, sofreímos todo un par de minutos antes de añadir el tomate. Dejamos que se vaya friendo lentamente.

Po otro lado en otra sartén, ponemos bien de aceite y vamos friendo los trocitos de berenjenas, hasta que queden dorados. Ponemos los trozos de berenjena una vez fritos sobre papel de cocina para que suelten el exceso de aceite y reservamos. Esta última parte obviamente no venia en la receta es una añadido.

Vamos removiendo de vez en cuando el tomate, con la cebolla, las alcaparras y el apio, probamos y rectificamos de sal, añadimos un puñado de azúcar para quitarle acidez al tomate. Cuando, veamos que el tomate se reducido y se ha integrado con el resto de los ingredientes añadimos un buen chorro de vinagre. Seguimos dejando al fuego.

Po otro lado picamos las aceitunas y las añadimos al tomate y a al cebolla. Añadimos las berenjenas y dejamos que se mezcle todo un par de minutos.

Servimos, y acompañamos de pan blanco de pueblo y un buen vino tinto con cuerpo quizás un D.O Toro

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
seguro que esta buenisimo.pero no lahare...nada d lo que lleva m gusta, solo la sberenjenas.. d todas formas.decirte que me encanta que publiques recetas!!! saludos...mar

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