PERSONAS

Es natural, nos lo meten por lo ojos, pones la televisión y los ves, con sus cuerpos flacos de grandes ojos, sus sonrisas eternas, vestidos con ajadas ropas cuando no directamente con harapos y jugando con otros niños, bajo la atenta mirada de sus padres. Padres también delgados, de mirada triste, con una mueca de resignación en su cara, trasmitiendo desesperación en cada uno de sus gestos, esperando nadie sabe bien que a la puerta de sus chabolas. Si, son las imágenes de la pobreza en los países del llamado tercer mundo, tan ajenas a nuestro mundo pese a la crisis que ni siquiera las sentimos como pertenecientes a nuestra realidad, y que tanto nos molestan que pedimos que no las muestren en las noticias a la hora de comer.

¿Pero de verdad son ajenas a nosotros?.

Estamos viajando de Nueva York a Washington , hemos elegido el tren como método de viaje, el para mi por lo menos famoso Amtrack, es un tren moderno parecido a los talgos españoles los asientos son amplios y todo el personal de abordo es negro y aunque tarda un poco mas que el avión merece la pena hacer el trayecto por tierra, el tren cruza pequeños pueblos, pueblos ordenados que transmiten riqueza y confianza cuya distribución se repite constantemente. Una zona agrícola, un pequeño cementerio, viviendas unifamiliares, el pequeño centro urbano con el ayuntamiento al fondo, mas casas y de nuevo el campo, la bandera de las barras y estrellas esta por doquier en esos pueblecitos. Pasamos también por pequeñas y grandes ciudades, con sus polígonos industriales en ruinas, abandonados símbolo del declive industrial de la zona. Filadelfia, Baltimore. Es aquí en Baltimore cuando al cruzar por los arrabales de la ciudad observamos un barrio formado íntegramente por chabolas construidas de latón y madera, se ven perros famélicos, y espectros de personas que trastean en las chabolas. El barrio trasmite una sensación de pobreza y total abandono Me sorprende la imagen, no por que no supiera que en los EEUU hay pobres y gente sin hogar, pero si que la estampa me recordaba mas a las favelas de Rio o a los conos en Lima que a las afueras de una ciudad de la primera potencia mundial.

Hemos pasado el día por el centro de San Petersburgo, visitado palacios, comprado vodka, caminado por galerías comerciales y tomando cerveza en bares. San Peterbursgo esta formado por una serie de islas unidas entre si por puentes. Algunos de estos puentes son levadizos y por la noche se levantan para dejar pasar los barcos que navegan por el neva, dejando partes de la ciudad incomunicadas. Nuestro hotel esta en una isla que no es la central, cogemos el metro y como nos apetece caminar nos bajamos 3 paradas antes de nuestra. Salimos a un lugar totalmente desconocido, hay un mercadillo, curioseamos por los puestos, vemos matriuskas, indumentarias militares, símbolos de la URSS todo se vende a precio de saldo. Preguntamos como ir a nuestro hotel, nos indican un autobús, pero queremos ir dando un paseo. Conseguimos que nos indiquen el camino. Nos ponemos en marcha. Recto, torcemos por la segunda a la izquierda y luego la segunda a la derecha y luego … Ni idea, no recordamos las indicaciones, nos hemos perdido. Miramos a nuestro alrededor, altos bloques de cemento nos rodean. Bloques que alguna vez estuvieron recubiertos de azulejos, pero que ahora muestran su armazón de cemento como esqueletos de ballenas en las playas, bloques que alguna vez tuvieron jardincillos a sus puertas, pero que ahora son zonas de tierra donde los vecinos se reúnen alrededor de fogatas para beber. Intentamos acercarnos a uno de los grupos para ver si nos indican el camino. Al vernos acercarnos empiezan a gritarnos en ruso, decidimos alejarnos, La pobreza es evidente a cada paso, esta claro que el camión de la basura hace semanas que no pasa, los bloques de casa, desconchados, transmiten dejadez y abandono, la gente alrededor de las fogatas, bebe y grita, el pavimento de la calle esta destrozado, hay que andar con cuidado para no meter el pie en uno de lo que sin lugar a dudas podemos definir como socavones. Cada vez hay mas fogatas y mas gente alrededor de la misma, unos niños se nos acercan, les cuelgan los mocos de la nariz, nos hablan en ruso, les damos unas naranjas que llevamos en la mochila. Las miran sin saber que hacer con ellas. No saben lo que son. Les pelamos una, y por señas les indicamos que son para comer. Se van corriendo entre risas con las naranjas. Al final de la calle vemos de nuevo el río hay un pequeño puestecillo de bebidas abierto. Nos indican como llegar al Hotel.

Madrid esta rodeado por tres anillos de autopistas con la idea de evitar que ese tráfico entre en la ciudad. Son anillos que rodean mas o menos totalmente la ciudad. Entre estas autopistas se entrecruzan otras muchas, y se unen entre si por medios de estructuras y bucles imposibles. Al circular por una de ellas por la M-40 a la altura del Mercado central de frutas y pescados te tienes que fijar Si no te fijas, o no sabes donde tienes que mirar no los ves, son invisibles y no están en un lugar que la gente visite o de fácil acceso. Pero si observas detenidamente cuando vas en coche por la autopista M-40 de Madrid los ves, en las estructuras de los puentes que la cruzan. Ves a personas viviendo allí, durmiendo, viviendo o mejor malmuerindo, con sus pertenencias que caben en una bolsa de plástico colgada de un clavo a su lado. Esas personas ocupan la posición mas baja de nuestra sociedad, los excluidos de los excluidos son drogadictos, prostitutas, que han encontrado allí su último refugio. Debajo de ellos ya no hay nada, solo se acercan a ellos ONG’s para ofrecer metadona, jeringuillas limpias o preservativos. Son espectros andantes, sus ojos miran sin ver, viven para su chute diario. Al no tener dinero ni, posibilidades de conseguirlo trabajan como esclavos para los traficantes de droga, haciendo pequeños recados, haciendo de correos, avisando de si viene la policía, prostituyendose ellas y así poder conseguir su dosis diaria. No creáis que todas estas personas tienen una historia dramática detrás, algunas si, pero la mayoría solo han tenido mala suerte, un mal paso, una mala decisión.

Estas tres estampas son lo que se llama el cuarto mundo, que no es sino el tercer mundo dentro de nuestras sociedades opulentas y que no hace más que mirar a otro lado.

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