PASEANDO



Hay lugares extraños , algo magicos que te permiten  sin que te des cuentas pasar de estar aqui y ahora a estar alli y entonces. Cruzar la puerta que separa el bar de la recepción del hotel Maury en Lima, es hacer uno de estos viajes , simplemente abriendo una puerta y avanzando unos pasos pasas de estar en una urbe gigantesca, ruidosa, dinamica a  un club inglés, o a lo que imagino que era un club ingles,  de finales del siglo XIX o principios del  XX. Sus paredes recubiertas desde el suelo hasta el techo de madera oscurecida por el paso del tiempo, paredes cubiertas no solo de cuadros gigantes sino tambien de fotos en blanco y negro que muestran tranvías que circulan por calles y avenidas repletas de gente. Con bastón y panamás ellos,  con largos vestidos llenos de  corsés  y ballenas ellas. 
 

Un lugar de  mesas de madera con incrustaciones de nácar en los bordes,  pequeñas y sobrias,   alrededor de las mismas  sillones individuales de cuero negro y rojo, ribeteados con pequeñas chinchetas doradas y  presidiendolo todo, ligeramente iluminado desde detras  esta el bar mostrando filas llenas de botellas no todas de licores conocidos, la luz del sol entra tamizada por las vidrieras de los ventanales y proporciona a la estancia  un ambiente más cercano a la sala capitular de un convento que a un lugar de ocio, tan así que hasta las conversaciones tiene lugar a media voz, entre susurros como si esperasen que en cualquier momento entrase por la puerta ese gran viajero inglés que era Phileas Fogg.




Reinando, extraña palabra esta en una republica,  desde detrás de la barra toda esta iglesia laica se encuentra desde hace más de 50 años Eloy Cuadros  principal culpable de que este lugar silencio y recogido, sea una de nuestras visitas inexcusables cuando nos encontramos en el centro de la ciudad.  El motivo que nos hace volver una y otra vez,  es disfrutar de la obra cumbre de Eloy y esta no es otra que su famosísimo pisco sour. Me podéis decir y con razón, que hay otros buenos lugares en Lima para tomar el que se intenta imponer como coctel nacional, estan el Jockey Club, la Calesa o el cercano Bolivarcito. Pero,  la manera única en que nuestro hombre  hace que los tres ingredientes principales, pisco, jugo de lima y jarabe de goma tras mezclaros y batirlos den  como resultado ese brebaje blanco, de textura cremosa y sabor suave y  servido en vaso grande, el famoso Pisco Catedral,  hacen que pueda decir empíricamente y sin temor a equivocarme que su pisco es sin duda alguna  el mejor de Lima.
 


Aparte de disfrutar de un  pisco, el motivo de nuestra presencia hoy es que hemos quedado con nuestra buena amiga M. Mientras la esperamos, no dejamos de observar la gente que entra en el bar, primero una mujer, claramente extranjera y huésped del hotel, se sienta en una mesita de un rincón, saca un libro y herejía pide una Coca-Cola, después  entrar dos hombres, peruanos, por la charla que mantienen parecen pertenecer al cercano ministerio de AAEE piden un pisco antes de ordenar el menú del día. Al poco aparece sonriente como siempre nuestra amiga, nos saludamos con un solo beso, a la manera peruana. Se sienta entra A y yo y enseguida nos ponemos a charlar.  Es la hora del almuerzo y el bar se llena de comensales, nosotros pedimos un piqueo ligero, un cebiche mixto , osea mezcla de pescado y mariscos,  y unos tequeños, esas pequeñas empanadillas parecidas a los blinis, realizadas con pasta filo  y que se pueden rellenar de casi cualquier cosa. Mientras disfrutamos de nuestra comida M. nos propone  un plan al que no podemos resistirnos, ir a visitar el interior la cercana municipalidad de Lima.

Salimos a la calle y bajamos por el jirón  Carabaya hacia la cercana plaza de armas, entrando a ella por el lateral que da a la catedral, justo enfrente de la alcaldía. Andamos bajo los soportales del club de la unión dejando a la derecha el palacio virreinal que actualmente sirve de sede al presidente e la republica.
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Entramos acompañado a M. al recinto de la  municipalidad, como llaman aquí a la alcaldía, nada mas cruzar la gran puerta principal, llegamos a un patio inmenso con el suelo y las paredes recubiertas de marmol blanco y gris. Todos los objetos que hay en el patio, candelabros de pie, espejos, lamparas de cristal, esculturas trasmiten majestuosidad, elegancia y poderio a ello contribuye y no poco la inmensa escalera también de marmol que partiendo del suelo, llega hasta la primera planta. Primera planta que corona el patio con una balaustrada que recorre todo el contorno. Cerrando todo el conjunto, en las alturas una cristalera con diversos dibujos y motivos.  Subimos por la escalera. En la primera planta  M. nos va mostrando los diversos salones. Aquí se celebran las recepciones nos dice, mientras entramos en una sala gigantesca, con todas sus paredes llenas de espejos, decenas de sillas se alinean a lo largo de la pared. Del techo cuelgan inmensas lamparas de cristal de araña. Nos asomamos a los balcones, es una visión distinta de la plaza de armas, vemos su centro ajardinado, con niños jugando cerca de la fuente, pileta dicen en Perú, que hayen el centro. Observamos  el patio del palacio de gobierno donde se esta celebrando la ceremonia del cambio de guardia. La altura en la que estamos nos permite mirar de de tu a tu al palacio arzobispal y a la catedral. Salimos cerrando las puertas tras nosotros y nos dirigimos a otras salas y salitas, mas que una alcaldia, parece una visita a un palacio de la nobleza. Mesas y sillas de estilo rococo se entremezclan con muebles Luis XV o aparadores de estilo republicano. Nos muestra la sala de gobierno municipal. Aqui se sienta la alcadesa nos dice mostrandonos un atril de madera y en estas otras la concejales y la oposición.

En nuestro trasegar, nos cruzamos con un grupo de turistas, que estan haciendo una de las visitas gratuitas que permiten conocer el edificio. Por un pasillo decorado con los retratos de los alcaldes limeños, llegamos a la biblioteca. Lo primero que vemos es una urna acristalada que contiene la declaración de independencia y que se expone  junto a utensilios y utiles, un tintero, una pluma, papel secante  que sirvieron para estampar la firma.

Andamos entre anaqueles llenos de libros, dos o tres personas estan en la biblioteca con libros abiertos a su alrededor escribiendo quien  sabe sobre que. Observamos la coleccion completa del Peruano, lo que equivaldría a nuestro BOE, repujada en cuero. Salimos sin hacer ruido y detras de M dejamos la parte noble del edificio para entrar en las oficinas, cruzamos estancias y despachos, podría ser la alcadia de Madrid o cualquier otra capital,  gente con la mirada fija en la pantalla de su ordenador, impresoras escupiendo papel, teléfonos sonando. Llegamos al despacho de M. nos sentamos alrededor de una pequeña mesita,  y chalarmos un poco con ella sobre los diversos porgramas de participación ciudadana que a puesto en marcha. No estamos mucho tiempo hablando ya que M. a continuación tiene una reunión.  Nos despedimos y salimos del edificio. A. y yo nos perdemos entre la multitud que caminna por el jirón de la unión camino de la plaza de San Martín..


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