ANUNCIOS
Fue curioso lo que me paso ayer
por la noche o por lo menos a mi me lo pareció, estaba viendo la tele, cuando
empezó el inevitable bloque de anuncios. Entre coches de alta gama, cruceros, destinos
exóticos para estas vacaciones, productos de belleza y demás, aparecieron dos
anuncios consecutivos que me llamaron la atención. Miento, no es que los dos
anuncios me llamasen la atención individualmente, sino que fue cuando emitieron
el segundo de ellos que el primero tomo toda la relevancia e hizo que una vez más
cayese en la cuenta de la extraña, por decirlo suavemente, sociedad en la que
vivimos.
En el primer anuncio, se ve un
niño de unos 12 o 13 años que con gesto entre preocupado y angustiado, echa un
poco de leche en un vaso y luego lo llena hasta el borde con agua, y a
continuación se lo sirve a su hermana
pequeña que le mira con devoción, mientras una voz en off, en tono grave, nos
anuncia que debido al cierre de los comedores escolares en verano, miles e niño
dejaran de comer adecuadamente.
A continuación y sin darte apenas
tiempo para hacerte una idea de la realidad de la tan anunciada recuperación
económica, el siguiente anuncio; mientras vemos a varios grupos de mujeres con
edades comprendidas entre los últimos 20 y mediados los 40 realizando varias
actividades, deporte, trabajo, con amigas eso si, siempre sin perder siempre la
sonrisa y el perfecto maquillaje una voz también en off, pero esta vez de mujer
y en un tono alegre y despreocupado, nos da indicaciones sobe lo bueno que son
para perder peso, y regular el transito intestinal, me encanta la neolengua, unas
barritas de cereales.
Es al acabar este segundo anuncio
cuando te das cuenta del sinsentido que es la sociedad en la que vivimos, en un mismo bloque de anuncios convivan sin problemas estas dos realidades
antagónicas y excluyentes, una sociedad depauperada, empobrecida y agotada por
la crisis con otra donde el derroche, el exceso y el enriquecimiento es la
norma, una España donde miles de sus niños no tiene que comer, con la España
donde lo que prima es el aspecto físico y el transito intestinal. Una sociedad
que no para de moverse y movilizarse porque es lo único que les queda, con otra
que aunque parezca que se mueve sigue anclada en sus contradicciones y
paradigmas.
Eso si, el problema es Venezuela
y no el de las dos malditas Españas de siempre
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