Fue un final triste para el señor N. Tan triste que su familia, su viuda y sus hijos, debió incinerarle por no poder pagar una sepultura. Incluso faltaron, algunos de los que en vida habían sido sus amigos y acudían a el a pedir favores y recibir dinero. Si, estaba Don M. socio de N durante muchísimos años y estaba también el importante político S., pero no estaba ni el Señor J. ahora un importante miembro del parlamento ni tampoco el General B. Porque digámoslo antes de proseguir, antes de morir en la pobreza por su mala cabeza, el señor N fue rico y famoso. Fue un hombre hecho a si mismo, que creo un pequeño emporio comercial de la nada, que abarcaba desde compañías de Seguros a Bancos, con yates, chofer y guardaespaldas, con haciendas por todo el país, con casas en Miami, con amantes, con queridas, con una mujer florero a la que regalaba costosas joyas, con hijos estudiando en las mejores universidades, con acceso a la mas alta jerarquía tanto política como militar, con cuenta abier...