AUSTROLOPITECUS-AFERENSIS

  A veces viajar no es únicamente ir a otro lugar, visitar monumentos o mojarse los pies en playas idílicas. También, las más de las veces, viajar es bucear en nuestra memoria y confrontar nuestros recuerdos con la realidad y acabar traicionándonos a nosotros mismos. Y así, en todos estos años mi memoria del pueblo de Cudillero se basaba en algunos recuerdos, pocos, muy asentados en mi memoria. Corría el año de los juegos olímpicos en los que Nadia Comaneci consiguió los primeros dieces en gimnasia de la historia olímpica y me recuerdo como un crio de 12 años sentado en la terraza de un bar, frente al mar, junto con mis jóvenes padres y mi hermana menor, comiendo unos mejillones. Ante mi queja por el tamaño, eran realmente pequeños, el camarero me preguntó de donde era, a mi respuesta de Madrid, me comentó que los mejillones grandes, tenían orden de enviarlos a la capital ya que daban más dinero. Mi segundo recuerdo es de unos años después, en un mes de julio.   La izquierda ha

  Ayer murió a la edad de 101 años Juan Romero. Posiblemente el nombre no os diga nada, no era un futbolista, ni un artista, ni un científico o político. Solo un nombre normal para una persona normal, pero esta persona en su anonimato era la memoria viva de una infamia. Quizás la mayor infamia de todas porque Juan Romero era el último superviviente español de un campo de concentración nazi. Fueron 9300 las personas españolas que fueron deportadas a campos de concentración de las cuales sobrevivieron poco menos de la mitad. La historia es bien conocida, tras la rendición de Francia, los alemanes se encontraron con unos miles de españoles que vestían el uniforme francés, tras preguntar a Franco si debían dejar libres a esos españoles, la respuesta del caudillo fue la que se podía esperar de un personaje así y esos españoles que venían de perder una guerra tras otra, fueron conducidos a los trenes de la muerte. Juan fue conducido al campo de Mauthausen donde conoció la famosa canter