HISTORIAS DE R (2)

Habíamos estado turisteando por la ciudad, y la señora R. y yo estábamos cansados y sedientos, avanzábamos por la acera charlando mientras de reojo vigilábamos las distintas terrazas en busca de encontrar un hueco en alguna que nos gustase y nos proporcionase sombra. Al fin la encontramos, una terraza con mesas metálicas con sillas metálicas también a las que les proporcionaba una buena sombra un árbol de anchas hojas y que no estaban no muy cerca del tráfico. Trafico del que además nos separaban un pequeño seto que a la vez nos proporcionaba intimidad. No habíamos terminado de sentarnos, cuando un camarero se acerco para tomarnos nota. . ¿Qué desean? – nos dijo mientras nos miraba, y sacaba la libreta para tomar nota de nuestro pedido. ¿Tienes jarras? – pregunte. Si, me dijo el. Yo entonces una jarrita de cerveza, le pedí ¿ Y tu R. que quieres? - Dije mirándola. La señora R. pensó durante un instante y le dijo al camarero. Tráigame un tinto de verano. ¿Casera o Limón? La señora R. me ...