DOMINGO
El domingo empezó de la forma más normal y rutinaria. A. en la cama y yo yendo a por el periódico y unos churros.
Después de desayunar y mientras A. se dedicaba a terminar unos trabajos y yo estaba hojeando la prensa, siempre me gusta antes de empezar a leer el periódico darle un vistazo general, oí como sonaba el teléfono. A. contesto, era CH que nos proponia vernos. Quedamos a las 13:30.
Así que allí estábamos a las 13:30 del domingo en la salida del metro de Atocha. Ch.”el africano” , esto es por su amor a África y sus largos años pasados allí, ya estaba esperándonos. Tras los saludos de rigor y ponernos un poco al día de las visicitudes de cada uno, los tres nos dirigimos al a cercana calle del doctor Fourquet, en lavapies. Allí, A. nos quería enseñar el trabajo que estaba haciendo la asociación “Esto es una plaza”. Esta es una asociación que trabaja por crear espacios verdes en un barrio como lavapies, que si por algo se caracteriza es por no tener ni un solo árbol en todo el barrio. Bueno pues tras muchos meses de luchar, de plantear soluciones, el ayuntamiento les ha cedido un solar abandonado para que trabajen en el, y allí estuvimos, charlando con alguno de los responsables del movimiento, mientras que algunos de los vecinos de la zona, plantaban los árboles frutales donados por el movimiento “Fruit Fallen”, como han llegado estos frutales aquí es motivo de otra entrada pero digamos que Ana Botella, esta en medio de esto y no para bien, y como otros empezaban a preparar las bancadas que serán los futuros huertos comunales, mientras que multitud de niños se afanaban en acarrear cubos de agua para ayudar a sus padres.
De aquí dirigimos nuestros pasos a la Calle Argumosa, mas conocida como Costa Argumosa por la cantidad de bares que la pueblan. Tras unas cervezas en el “Automático”, la “Boca del lobo” y el “Económico”, empezamos a sentir cierta hambre, así que mientras decidíamos donde comeríamos nos dirigimos al cercano Bar el “Boqueron” uno de los clásicos de la zona para, mientras disfrutábamos de sus riquísimas gambas a la plancha, poner un poco de orden en nuestra agenda. Tras no decidir nada, y mientras nos tomábamos un par de cañas mas en otro par de baretos en la calle Tribulete, vimos que eran las 4 de la tarde. Se imponía buscar un lugar. Al final elegimos un restaurante senegales el “Touba Lampfall” que se encuentra en la calle Amparo. A. y yo no lo conocíamos, y la verdad es que desde que cerraron el Kilimanjaro, no habíamos vuelto a comer comida africana. No se si conocéis este tipo de restaurantes, solo dos o tres platos, pero muy económicos, 6 € el plato, y muy pero que muy sabrosos. Donde alrededor del dueño, pulula un montón de gente que no se sabe muy bien si son clientes o trabajadores, que tan pronto les ves sirviendo una mesa, como comiendo frente a ti, como yéndose con otro para de compatriotas hablando por el móvil.. Tras unos riquísimos platos a base de arroz, pescado y carne, Agua son musulmanes y no sirven alcohol y un café especiado realmente rico, nos dirigimos a encontrarnos con C.
Estuvimos esperándola a la salida del metro como 5 minutos. De nuevo el ritual, besos, ¿Qué tal? ¿Qué es de tu vida?, cuanto tiempo … , dirigimos nuestros pasos hacia el vecino barrio de latina. Eso si, antes y para reponer fuerzas, hicimos una parada en la taberna Cubana “San tana” en la calle Santa Ana, esquina calle la Ruda, cerca de la plaza de Cascorro, comienzo del Rastro. Allí , y un litro de mojito después termínanos de ponernos al día de lo acontecido con C. Ella vive en Noruega, y no tenemos muchas oportunidades de verla.
Nuestra intención era sentarnos en alguna terraza cerca del Mercado de la Cebada o en la Plaza de los Carros. Literalmente imposible. Esta claro que la gente estaba ya un poco harta de este invierno de frió y lluvia y deseaba que saliese un poco el sol, para inundar las terrazas. Era imposible no solo encontrar una mesa, el mismo suelo estaba invadido de cientos de personas sentadas charlando mientras tomaban una copa. La cercana plaza de la paja, tampoco ofreció solución a nuestros males, así que dirigimos nuestros pasos al cercano café del Nuncio, donde encontramos una mesa que parecía lleva nuestro nombre. Allí tranquilamente, nos dispusimos a dejar pasar el tiempo, entre chistes, bromas, critica política y mientras dábamos cuenta de nuestros mojitos/caipirinhas vimos anochecer. Empieza a hacer frío, hora de volver. Acompañamos a CH hasta la plaza de Tirso de Molina y a C, hasta Callao. Nosotros descendimos por la Gran Vía, hasta Banco de España, para coger el Metro, A las 9 de la noche estábamos de vuelta en casa.
Visto así, ha sido un domingo de lo mas estimulante
Después de desayunar y mientras A. se dedicaba a terminar unos trabajos y yo estaba hojeando la prensa, siempre me gusta antes de empezar a leer el periódico darle un vistazo general, oí como sonaba el teléfono. A. contesto, era CH que nos proponia vernos. Quedamos a las 13:30.
Así que allí estábamos a las 13:30 del domingo en la salida del metro de Atocha. Ch.”el africano” , esto es por su amor a África y sus largos años pasados allí, ya estaba esperándonos. Tras los saludos de rigor y ponernos un poco al día de las visicitudes de cada uno, los tres nos dirigimos al a cercana calle del doctor Fourquet, en lavapies. Allí, A. nos quería enseñar el trabajo que estaba haciendo la asociación “Esto es una plaza”. Esta es una asociación que trabaja por crear espacios verdes en un barrio como lavapies, que si por algo se caracteriza es por no tener ni un solo árbol en todo el barrio. Bueno pues tras muchos meses de luchar, de plantear soluciones, el ayuntamiento les ha cedido un solar abandonado para que trabajen en el, y allí estuvimos, charlando con alguno de los responsables del movimiento, mientras que algunos de los vecinos de la zona, plantaban los árboles frutales donados por el movimiento “Fruit Fallen”, como han llegado estos frutales aquí es motivo de otra entrada pero digamos que Ana Botella, esta en medio de esto y no para bien, y como otros empezaban a preparar las bancadas que serán los futuros huertos comunales, mientras que multitud de niños se afanaban en acarrear cubos de agua para ayudar a sus padres.
De aquí dirigimos nuestros pasos a la Calle Argumosa, mas conocida como Costa Argumosa por la cantidad de bares que la pueblan. Tras unas cervezas en el “Automático”, la “Boca del lobo” y el “Económico”, empezamos a sentir cierta hambre, así que mientras decidíamos donde comeríamos nos dirigimos al cercano Bar el “Boqueron” uno de los clásicos de la zona para, mientras disfrutábamos de sus riquísimas gambas a la plancha, poner un poco de orden en nuestra agenda. Tras no decidir nada, y mientras nos tomábamos un par de cañas mas en otro par de baretos en la calle Tribulete, vimos que eran las 4 de la tarde. Se imponía buscar un lugar. Al final elegimos un restaurante senegales el “Touba Lampfall” que se encuentra en la calle Amparo. A. y yo no lo conocíamos, y la verdad es que desde que cerraron el Kilimanjaro, no habíamos vuelto a comer comida africana. No se si conocéis este tipo de restaurantes, solo dos o tres platos, pero muy económicos, 6 € el plato, y muy pero que muy sabrosos. Donde alrededor del dueño, pulula un montón de gente que no se sabe muy bien si son clientes o trabajadores, que tan pronto les ves sirviendo una mesa, como comiendo frente a ti, como yéndose con otro para de compatriotas hablando por el móvil.. Tras unos riquísimos platos a base de arroz, pescado y carne, Agua son musulmanes y no sirven alcohol y un café especiado realmente rico, nos dirigimos a encontrarnos con C.
Estuvimos esperándola a la salida del metro como 5 minutos. De nuevo el ritual, besos, ¿Qué tal? ¿Qué es de tu vida?, cuanto tiempo … , dirigimos nuestros pasos hacia el vecino barrio de latina. Eso si, antes y para reponer fuerzas, hicimos una parada en la taberna Cubana “San tana” en la calle Santa Ana, esquina calle la Ruda, cerca de la plaza de Cascorro, comienzo del Rastro. Allí , y un litro de mojito después termínanos de ponernos al día de lo acontecido con C. Ella vive en Noruega, y no tenemos muchas oportunidades de verla.
Nuestra intención era sentarnos en alguna terraza cerca del Mercado de la Cebada o en la Plaza de los Carros. Literalmente imposible. Esta claro que la gente estaba ya un poco harta de este invierno de frió y lluvia y deseaba que saliese un poco el sol, para inundar las terrazas. Era imposible no solo encontrar una mesa, el mismo suelo estaba invadido de cientos de personas sentadas charlando mientras tomaban una copa. La cercana plaza de la paja, tampoco ofreció solución a nuestros males, así que dirigimos nuestros pasos al cercano café del Nuncio, donde encontramos una mesa que parecía lleva nuestro nombre. Allí tranquilamente, nos dispusimos a dejar pasar el tiempo, entre chistes, bromas, critica política y mientras dábamos cuenta de nuestros mojitos/caipirinhas vimos anochecer. Empieza a hacer frío, hora de volver. Acompañamos a CH hasta la plaza de Tirso de Molina y a C, hasta Callao. Nosotros descendimos por la Gran Vía, hasta Banco de España, para coger el Metro, A las 9 de la noche estábamos de vuelta en casa.
Visto así, ha sido un domingo de lo mas estimulante
Comentarios
Divertido de verdad. Interesante.