Estamos sentados a la puerta de la casa del abuelo de G. Es una casa grande antigua, en la calle principal del pueblo, charlamos tranquilamente, esta anocheciendo. Poco a poco la gente va llenado las aceras, hasta casi impedirnos la visión de la calle. Nos ponemos de pie, al poco, se apaga el alumbrado público y a lo lejos, del lado que da a la plaza, se empiezan a oír unos cantos, miramos en esa dirección, vemos aparecer las figuras de unas mujeres todas ellas con velas en las manos. La procesión se acerca, al poco pasa por delante nuestra, en las ventanas de las casa vecinas, se encienden velas también, la calle se ilumina con la pálida luz de decenas de velas. Huele a humo, a cera, las mujeres con paso lento pasan cantando ante nuestros ojos. Casi todas son mujeres mayores, pocas jóvenes. Al poco las farolas se vuelven a encender, solo algunas pocas velas siguen ardiendo en las ventanas, nos volvemos a sentar a la puerta y nos servimos una cerveza. La procesión de las velas ha termi...