BOICOT
Quedan algo menos
de 15 días. Será el viernes 27 de Julio en Londres. A las 11 de la noche y
después de escuchar la fanfarria por todos conocida, dará comienzo un
espectáculo en el que cientos de voluntarios, actores, artistas, bailarines
intentarán sorprendernos y emocionarnos, un espectáculo que todas las crónicas
al día siguiente dirán que fue el mejor espectáculo de la historia, tras una
primera parte briosa, colorida con ritmo – esperemos- comenzará una segunda
parte menos vibrante pero quizás mas emotiva, el desfile de las distintas
delegaciones y equipos. Desfilaran desde
delegaciones gigantescas compuestas por cientos de participantes hasta aquellas
en la que el abanderado es el único atleta que representará a su país. También
es el momento de descubrir y enterarte de la bandera y el nombre de países que
ni siquiera sabes colocar en un mapa, pequeñas islas perdidas en el pacifico,
territorios administrados por algún otro país, países de reciente creación.
Independientemente de lo grande o de lo chico, de lo poderoso o débil, pobre o
rico lo que no cambia es la alegría y orgullo que transmiten todos los atletas,
mientras desfilan ordenadamente por la pista
sonriendo y saludando. Después los inevitables discursos, y por fin, el
encendido de la llama olímpica dando por inaugurados los juegos olímpicos
Al día siguiente
a las nueve de la mañana ya tendremos los primeros ganadores en especialidades prácticamente desconocidas.
Son deportes como tiro con pistola
olímpica, o desde foso de 10
metros y así poco a poco los juegos empezaran a
engancharnos, incapaces de escaparnos al embrujo de saber si Michael Pelphs
volverá a ser el mejor nadador de la historia,
llevándose otra vez un buen puñado de medallas de oro o si algún otro
competidor, especialmente australiano conseguirá derrotarle. Igualmente nos
convertiremos en expertos en natación sincronizada y nos ilusionaremos cuando
las componentes del equipo femenino ya sin Gemma Mengual , muestren el
ejercicio que llevan 4 duros años preparando. Nos pasmaremos de nuevo con el
fogonazo que son las carreras de 100 metros y veremos si Bolt sigue siendo el
sucesor de mítico “hijo del viento” o algún otro jamaicano le baja del
pedestal. Veremos como una legión de
corredores etíopes, keniatas, somalíes, copan todos los puestos en las carreras
de fondo y medio fondo ya sea en la modalidad masculina o femenina. Como
siempre las minúsculas atletas de los antiguos países del este o asiáticas nos
llevaran de la admiración a la indignación, admiración provocada por sus gráciles
movimientos y la dificultad de los mismos, indignación al saber que tipo de
entrenamiento llevan desde que son elegidas para formar parte de los equipos de
gimnasia.
Nuestras
simpatías de manera natural estarán siempre con aquellos atletas cuyas posibilidades
de ganar sean nulas, aunque para ellos ya sea un triunfo el participar, como
aquel nadador de Guinea Ecuatorial, que se entrenaba en la piscina de un lujoso
hotel de Malabo, ante la falta de infraestructuras de su país, y que mas que
nadar chapoteaba torpemente en el agua. Sufriremos con el desencanto del atleta
que tras estar cuatro años preparándose
duramente, sufre una lesión en el transcurso de su prueba o se cae justo al
pasar el último obstáculo. Tomaremos
partido en los finales apretados, apoyando a unos, despreciando a otros. Nos
sorprenderán desagradablemente las noticias de atletas a los que se les
despojara de sus medallas por haber incurrido en dopaje o mas bien, por no
haber sido lo bastante listos para evitar que les pillasen.
Tres semanas
después la fiesta Olímpica terminará como comenzó, con un espectáculo, habrá
mas discursos, fuegos artificiales, mas desfiles de atletas esta vez cada uno a su aire, tomando
fotos, riéndose, mezclándose y abrazándose con los que hasta ayer eran su
contrincante, saliendo a saludar a sus familiares, alegres por haber estado por
haber estado allí Así hasta que Londres
antes de apagar el pebetero con la llama que simbolizaba los juegos de esas
ciudad, pase el espíritu olímpico simbolizado en su llama a Río de Janeiro siguiente ciudad organizadora .
Pero entre todos
esos atletas que nos emocionaran que nos harán sufrir, reír o llorar no estarán
las atletas que deberían representar a Arabia Saudita, ya que por motivos
religiosos este país ha prohibido que sus atletas mujeres participen en los
juegos.
Y yo me pregunto ¿
a que espera el COI (Comité Olímpico Internacional) en expulsar de las
olimpiadas y del movimiento olímpico a Arabia. Al igual que se hico con la Sudáfrica
del apartheid. ¿O quizás es que la casa de Saud, es demasiado importante como
para hacer un movimiento de este tipo?
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