Paris
Mira que en ocasiones me ocurren
cosas que podemos decir no las tenia previstas, o que no entraban en mis
planes, pero si me preguntáis seguro que lo que me esta ocurriendo ahora, no lo
hubiese sido capaz de imaginar ni en digamos un millón de vidas futuras.
Contando reencarnaciones en cucarachas y demás animales que están en el suelo
de la pirámide social de las vidas venideras. Si de verdad me dicen que alguna
vez mis pensamientos políticos, o lo que sea que mi cerebro elabora, iban a
coincidir con los del nunca bien ponderado expresidente JMA I, alias el
innombrable lo menos que hubiese pensado es que me queríais tomar el pelo y lo
mas es que deseabais ver la cara B, la menos buena, que es casi tan terrible
como los chocolatitos del candy crash, de mi personalidad
Y una vez recuperados del asombro
de mis dos confesiones anteriores, paso a contaros el motivo de mi desazón y no,
no es la cara B de mi personalidad, eso
lo dejo para otra ocasión, sino de mi increíble convergencia intelectual con el
innombrable. Os cuento. Recordareis que
cuando las bombas en los trenes de Madrid del dos mil cuatro el susodicho
prócer de la patria comento que no había que buscar a los que cometieron el
atentado en lejanos desiertos sino mucho mas cerca. Increíblemente ha tenido
que ocurrir el atentado de Paris para que las palabras del monstruo de los
abdominales sean por fin acertadas y para que yo la comparta. Porque
efectivamente es necesario que se busque
a los autores intelectuales- otro termino parido por el “hombre que nunca
sonríe y si lo hace da miedo” y que ha tenido un éxito mas allá de lo razonable
- de ese crimen y es verdad que no hay que buscarlos en lejanos desiertos del
Oriento Medio, ni en discursos incendiarios pronunciados por un mullah medio
analfabeto, cuando no analfabeto funcional completo, en una triste mezquita de un suburbio
parisino, ni en un loco que tergiversa las palabras del profeta, sino que mas
bien debemos buscarlos en enmoquetados despachos de la City londinense o en
acristaladas oficinas en la Defense Parisina e incluso en sobrias dependencias del
madrileño barrio de Salamanca. Es en estos lugares donde se encuentran las
sedes de las multinacionales que compran el petróleo que ISIS extrae de sus
campos petrolíferos y que vende en el mercado internacional. Es en estos nobles
barrios donde están discretamente presentes
las oficinas de las empresas de armamento que venden explosivos, fusiles
de asalto, munición y demás implementos a los amigos de los enemigos de quien
una vez fue nuestro amigo sin hacerse demasiadas peguntas sobre el destino
final de su mercancía. Es en estos barrios tranquilos, acomodados,
donde se hayan las oficinas de esos bancos especializados en el blanqueo
del más sucio de los dineros, banca privada la llaman. Espacios llenos de
sonrientes hombres y mujeres de negocios, que portan elegantes trajes y que
entre sonrisa y comida de negocios cierran tratos que ineludiblemente primero allí, en los calurosos desiertos y
luego aquí, en las animadas calles,
causaran la muerte de inocentes, y que les catapultara para cobrar a
finales de año una jugosa comisión por objetivos alcanzados y que les permitirá
disfrutar de unas nevadas vacaciones invernales en las mas exclusivas
estaciones de esquí en Europa y los EEUU.
Mientras todos estos negocios
ocurren hora si, hora también a plena luz del día. Los gobernantes como ahora Hollande se lanzan
a proclamar discursos donde se les llena la boca con palabras dirigidas no a la
cabeza y ni siquiera al corazón, sino a las tripas. Discursos, donde se clama
por la venganza, por la guerra, por el odio al otro, al diferente, al que tiene
la tez oscura o no comparte la fe en mi Dios o en mis ideales. Discursos que
parecen construidos por el pirómano de turno, empeñado en echar gasolina al
fuego o incluso redactados por la mismísima Hera. O montan espectaculares
operaciones policiales mas efectistas que efectivas y donde el sospechoso
principal, se escapa de un barrio totalmente tomado y blindado por la policía
en un Citroen, en una secuencia mas propia del genero “noir” y Jean Paul
Belmondo, que de una operación protagonizada por la elite de los GRS, el
equivalente a nuestros GEO. O donde a despecho de la lucha antiterrorista se
van dejando jirones de nuestra libertad
y nuestros derechos. Porque esa es otra pelicula a cada atentado terrorista el
único que pierde derechos somos nosotros, los ciudadanos inocentes. ¿Alguien me
lo puede explicar?.
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